La EPOC es una enfermedad que se va desarrollando a través de los años y se caracteriza por ser una obstrucción crónica, irreversible y lentamente progresiva, que afecta las vías áreas y los espacios alveolares.

Pese a este concepto,  la Sociedad Americana de Tórax publicó en Mayo del 2006 que es una enfermedad potencialmente reversible siempre y cuando exista cese de tabaquismo de manera oportuna y se sigan las medidas terapéuticas adecuadas.

El riesgo de mortalidad se asocia directamente con la pérdida de funciones pulmonares que se experimenta con el paso del tiempo. Lógicamente existen otros factores predisponentes de mortalidad como lo son el sedentarismo, el índice de masa corporal y la edad. Cuanto mayor sea la edad del paciente y menor sea su índice de masa corporal y la actividad física que realiza, menor será su probabilidad de supervivencia. Recientemente se ha sabido que las exacerbaciones también pueden empeorar el pronóstico de un paciente con EPOC.

En la década de los '90  la EPOC ocupó el sexto lugar entre las enfermedades con mayor causa de mortalidad y se estima que para el año 2020 ocupará el tercer lugar.

Entre 1965 y 1998 la tasa de mortalidad de EPOC se elevó en un 163%. Contrariamente, durante el mismo período las enfermedades coronarias y los accidentes cerebro- vasculares (ACV) lograron una importante disminución del 62% en sus tasa de mortalidad.

Actualmente las mujeres presentan una tasa de mortalidad muy parecida a la de los hombres. Curiosamente este cambio se comenzó a observar desde hace algunos años y coincide con el aumento del tabaquismo en la población femenina.

Esta enfermedad incluye: Enfisema pulmonar, bronquitis crónica, asma y en Latinoamérica, la Enfermedad   por humo de leña. Los síntomas son variados y van desde aquellos pacientes que no refieren ninguno (asintomáticos) hasta el mas característico que es la tos, pudiendo presentar además cansancio o disnea.

La causa fundamental de la EPOC es el humo de cigarro; sin embargo, no todos los fumadores llegan a presentarlo. Se estima que entre un 10 – 15% desarrollan EPOC y los demás desarrollan otras enfermedades asociadas al humo de tabaco: problemas coronarios y cáncer, entre otros.

La iniciativa global para la EPOC (GOLD por sus siglas en inglés) es el consenso internacional para esta enfermedad y la clasifica de la siguiente forma:         Estadío 0:   En riesgo.
Estadío I:    EPOC leve.
Estadío II:   EPOC moderada.
Estadío III: EPOC grave.
Estadío IV: EPOC muy grave.

La base fundamental del diagnóstico la constituye la espirometría con prueba broncodilatadora, razón por la cual toda persona fumadora o que adolezca de alguna de las enfermedades antes descritas debe realizársela para conocer el estado real de sus pulmones.  

La medida terapéutica mas importante en el manejo de la EPOC es el dejar de fumar, ya que con ello se evita un deterioro mayor de la función pulmonar

El uso de fármacos solos o combinados dependerá del estadío en que se encuentre la enfermedad, siendo los mas utilizados en la actualidad el Bromuro de Tiotropio y la combinación Salmeterol / Fluticasona.
También,  dependiendo del caso, serán necesarias medidas paliativas como la oxigenoterapia.

En conclusión, dos cosas son sumamente importantes para obtener una muy buena calidad de vida; sin embargo, no son tan fáciles de realizar: Que el paciente esté plenamente convencido en dejar el hábito del cigarro y  que se le realice un diagnóstico temprano.