1. Mide el pH al menos 1 vez por semana.
2. El valor del pH del agua de la piscina debe estar comprendido entre 7,2 y 7,6. Así se evitan los "ojos rojos" y se logra una mayor eficiencia en el uso del cloro. Si está más alto o está más bajo, el cloro no actúa, y es tirar el dinero destinado al mantenimiento de piscinas.