La Poda
Básicamente, la poda consiste en la supresión de algunas partes de las plantas leñosas, ya sean ramas o raíces. Es una técnica muy delicada con la que ponemos en juego el futuro del árbol.
Una poda incorrecta puede producir daños irreparables. Son muy importantes tanto la técnica como el momento de hacerla, que variarán en función de la planta, su edad y circunstancias. Por lo tanto es conveniente pedir consejo a expertos o consultar la documentación apropiada.
La regla de oro del principiante sería que ante la duda es mejor quedarse corto. Si no estamos seguros conviene podar de menos antes de correr el riesgo de pasarse con la sierra.
¿POR QUÉ PODAR?
Saneamiento: Mejora la salud del árbol o el arbusto, atajando enfermedades o plagas. Para ello se eliminan las ramas muertas, enfermas o débiles.
Seguridad: Previene el desplome de ramas dañadas o inestables.
Formación: El objetivo es configurar el aspecto de la planta, dar una estructura adecuada. Se cortarán ramas sanas para obtener la forma deseada o si resultan molestas al cruzarse indebidamente con otras, obstruyendo el paso de personas o vehículos, ocultando señales, etc.
Fructificación: Para obtener mayores y mejores flores o frutos.
INCONVENIENTES DE LAS PODAS RADICALES
Después de una poda muy drástica el árbol corre el riesgo de quedar muy dañado e incluso puede llegar a morir. Aún sin llegar a tales extremos se pueden producir los siguientes problemas:
Debilidad del ejemplar, ya que su capacidad de producir energía queda reducida. El árbol reacciona produciendo infinidad de brotes, lo que se hace a costa de sus reservas y le deja más indefenso ante futuras adversidades. Por lo tanto se vuelve más frágil y vulnerable ante las enfermedades y los ataques de las plagas.
El riesgo aumenta porque se produce una vegetación más insegura. Los vástagos nuevos crecen mucho y muy deprisa, pero son bastante inestables. Sus uniones con la madera vieja puede verse afectada por la aparición de huecos y putrefacciones, aumentando así el riesgo de rotura.
Dan mucho trabajo y generan gastos pues se produce una gran cantidad de leña que habrá que recoger, trasladar y almacenar. Cada pocos años estaremos obligados a podar de otra vez para corregir el nuevo crecimiento. Problamente terdremos que aplicar cuidados adicionales para subsanar los daños y problemas que puedan surgir, tales como fracturas, enfermedades, etc.
CONSEJOS
Las Herramientas: Conviene que sean de calidad y que se encuentren en buen estado y afiladas.
Higiene: Se desinfectarán las cuchillas con alcohol de quemar, sobre todo después de podar alguna planta enferma.
Cortes: Deben ser muy limpios. Después de utilizar la sierra se alisan los bordes del corte con una cuchilla.
Heridas: Protegeremos las heridas mayores de 1 cm. con pasta de podar o corteza artificial. Su empleo tiene algunos detractores que aseguran, entre otras cosas, que no ayuda en nada a la cicatrización. Pero lo cierto es que se defiende la herida de los elementos de la interperie, evitando que penetre el agua o el hielo, y se previenen los ataques de insectos y otros agentes patógenos en esa zona debilitada. En algunos árboles, como la higuera, el dejar los cortes al descubierto puede dar origen con el tiempo a huecos profundos que se extiendan a lo largo de la rama.
Los Restos: La madera dura se puede usar para la chimenea. Las hojas y ramas verdes son útiles para el montón del compost. Es importante deshacerse de las partes enfermas. Lo mejor: quemarlas.