El asma es un trastorno crónico inflamatorio de las vías aéreas que dificulta el libre paso de aire hacia los pulmones, desarrollando como respuesta un evento conocido como hiperreactividad y que afecta principalmente los bronquios.

Afecta aproximadamente 300 millones de personas en el mundo, siendo una de las enfermedades crónicas mas frecuentes como causa de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Esta prevalencia aumenta en zonas urbanas, estimándose para el año 2025, 100 millones mas de individuos afectados.

La iniciativa global para el asma (GINA) actualmente clasifica esta enfermedad según el nivel de control, ya que es mas relevante y útil para su manejo: Controlada, parcialmente controlada y no controlada.

El estudio AIRLA (Asma en Latinoamérica) indica que de un 5 - 15% de los pacientes sufren síntomas graves, y un 40 – 77% de los pacientes necesitan ser atendidos en centros hospitalarios.

Los detonantes del asma son diferentes de persona a persona, razón por lo cual es sumamente importante que toda persona que adolezca de la enfermedad, aprenda a identificarlos para posteriormente saber como controlarlos:
Exposición a alergenos (ácaros en el polvo casero, animales, cucarachas, polen y moho).
Colorantes artificiales utilizados en diversas bebidas y alimentos.
Infecciones respiratorias virales.
Ejercicios.
Estado de ánimo.
Irritantes químicos y ocupacionales.
Medicamentos como la aspirina.
Cambios climatológicos bruscos.
Estrés  y
Fumar.

Los síntomas característicos son:  sibilancias ( conocido como  “Chillido” de pecho), disnea o cansancio, opresión toráxica y  tos la cual se da sobre todo en la noche  y de madrugada.

Su diagnóstico usualmente es clínico; sin embargo, es necesario comprobarlo en toda persona mayor de 6 años por medio de una prueba llamada Espirometría, ya que este examen le dará un diagnóstico mas certero acerca de cómo están en realidad sus pulmones. Además, todo paciente asmático o que adolezca de EPOC, debiera de contar en su hogar con un peak flow (flujómetro), el cual es un dispositivo que mide el aire de las vías aéreas grandes y el cual es útil para el monitoreo continuo de la enfermedad.

La rinitis y el asma usualmente coexisten en un buen porcentaje de los pacientes, aunque no en todos y es por ello que es importante saber que tratando la rinitis pueden mejorar notablemente los síntomas del asma.

En la actualidad es un mito el creer que toda persona asmática debe de limitar las actividades físicas; el automarginarse y el ser discriminado por la sociedad debiera ser cosa del pasado, ya que gracias a los avances de la medicina existen una diversidad de fármacos que permiten que este tipo de pacientes lleve una vida tan normal  como la de una persona que no lo adolezca siempre y cuando esté controlado.

Tome en cuenta los siguientes consejos:

• En una crisis asmática, los sedantes están estrictamente contraindicados.
• Nunca desestime la gravedad de una crisis; porque al hacerlo peligra su  vida.
• Una técnica incorrecta de aplicación de su medicamento, puede empeorar la enfermedad. Practique con su médico la manera correcta de hacerlo.
• Evite toda bebida que contenga cafeína al menos cuatro horas antes de realizarse una espirometría, ya que dicha sustancia puede alterar los resultados.
• No fume y manténgase alejado del humo de cigarros de otras personas.
• Evite mojarse con las lluvias y no permita que la ropa húmeda se seque en su cuerpo.
• Todo maestro o encargado de cuidar menores, debe estar informado de la situación de cada niño, para saber como ayudar en caso de una crisis.
• Un excelente control ambiental es la mejor opción para un paciente asmático.
• Aclare con su médico toda duda que tenga con respecto a su enfermedad, ya que él es la persona indicada para orientarlo de manera idónea e indicarle la mejor alternativa para usted.