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Mausoleo Monseñor Arnulfo Romero
La Escultura de Monseñor Romero.
El cuerpo de Monseñor Romero reposa en la Cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador. Un hermoso monumento de bronce, de dos metros cincuenta de largo por un metro ochenta de ancho, cubre con su sombra los restos mortales de tan insigne cristiano y salvadoreño.
El escultor italiano, el Ingeniero Paolo Borghi, elaboró esta obra de arte que representa a Monseñor Romero durmiendo el sueño de los justos. En los cuatro vértices del rectángulo de la lápida de su sepultura, están, de pie, los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Ellos son los guardianes del profeta, hasta la segunda venida del Hijo del Hombre. Cada uno de ellos sostiene en sus manos, la punta de un hermoso paño que representa la Palabra de Dios, con el cual estan cubriendo el cuerpo de Monseñor Romero. Este hermoso paño, al tocar el cuerpo de Romero, da la sensación de que el cuerpo del Profeta se eleva en el aire, como si estuviera ya resucitado .
La Catedral Metropolitana del Divino Salvador del Mundo, es la iglesia principal de la arquidiócesis católica de San Salvador, en El Salvador, y sede del arzobispo metropolitano.
El sitio en que hoy se erige la catedral, en el centro de la ciudad de San Salvador, es el lugar en donde en el siglo 19 estaba la iglesia colonial de Santo Domingo que fue destruida por un terremoto en 1873. Frente a la catedral se yergue la Plaza Cívica de San Salvador, también conocida como plaza Barrios (en homenaje al presidente salvadoreño Gerardo Barrios); y en su costado occidental se levanta el Palacio Nacional. La catedral tiene una historia de la tragedia y de renacimiento: En 1888 se terminó una catedral de madera que sirvió como asiento de los arzobispos de San Salvador, en el solar que antes ocupó la iglesia de Santo Domingo. El 8 de agosto de 1951, este templo fue consumido por un incendio. En 1956, el arzobispo Luis Chávez y González emprendió las obras de reconstrucción de la catedral que se prolongaron por cuatro décadas.
En 1977, cuando el célebre arzobispo Óscar Romero sucedió a monseñor Chávez, encontró los trabajos de construcción a mitad de camino. Él utilizó el templo en sus celebraciones dominicales, a pesar que no estaba concluido. Allí pronunció la mayoría de sus homilías en defensa de los Derechos Humanos. Romero difirió la terminación de la catedral para financiar proyectos en beneficio de los pobres.
El arzobispo Arturo Rivera y Damas, sucesor de Romero, continuó las obras de construcción del templo, pero durante las obras, fue severamente dañado por el terremoto del 10 de octubre de 1986. Los trabajos de construcción se reiniciaron hasta 1990.
En 1992, la plaza frente a la catedral fue el escenario de las celebraciones populares por la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec. La iglesia fue visitada dos veces por el papa Juan Pablo II quién dijo que la catedral esta “estrechamente ligada a los gozos y esperanzas del pueblo salvadoreño”. Durante sus visitas en 1983 y 1996, el Papa se arrodilló y oró ante la tumba del arzobispo Óscar Romero, asesinado en el año 1980, que está enterrado en la cripta de la Catedral. Fue finalmente terminada y consagrada, el 19 de marzo de 1999 por monseñor Fernando Sáenz Lacalle